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Friday 31 May 2024

BABELICUS No 25

 

 

BABELICUS nº25

REVISTA LITERARIA EN ESPAÑOL – Junio, 2024

ADMINISTRADORES: ADRIANA ALARCO, ELENA ZADRA,

STEFANO VALENTE, CARLOS ENRIQUE SALDÍVAR

 



 

A nuestros fieles y amados lectores: Presentamos el número 25 de BABELICUS EN ESPAÑOLhttps://babelicus.blogspot.com/   Contiene relatos en español para entretener a la familia y dar a conocer escritores hispanos de varias latitudes. Ruego a otros escritores interesados en publicar en Babelicus, (grupo abierto en Facebook sin fines de lucro) que envíen sus colaboraciones, preferiblemente de no más de 1000 palabras, adjuntas en Word, ababelicus2021@gmail.com,  junto con una semblanza del autor de cinco líneas. Quienes vienen publicados en la revista luego de un escrutinio, no pierden sus derechos de autor. La revista viene publicada en la página Babelicus de Facebook y se puede bajar del blog de Babelicus, indicado más arriba, donde se pueden encontrar todos los números de la revista.

Portada: óleo de Adriana Alarco de Zadra

 

 

ARGENTINA

EL BANQUETE

LUIS DUARTE

 

Se levanta el telón.

Se apagan todas las luces del teatro, todas menos la que ilumina la silla.

Aparece Carla interpretando a esa prostituta. Arrima la silla hasta el borde del escenario, se sienta, cruza las piernas, se estira la falda y lee en silencio.

Pasa muchos minutos leyendo.

Para el público, ese libro contiene un secreto a develar; para Carla, la cosa funciona si la empatía es absoluta y la simpatía opcional. Sabe que en cuanto su personaje muestre un rasgo de hipocresía o se aleje de lo esperado, se irán levantado de a uno hasta dejarla sola, leyendo.

Mentalmente, los espectadores dibujan un círculo al que le insuflan temores de

la especie. En la sala, la tensión abraza pero no ahorca.

En busca de las entrañas del personaje, Carla sigue leyendo para sí. Levanta la cabeza, hace un paneo absoluto.

Decide que un tipo de la primera fila, menudo, calvo y de lentes con aumento será esa noche el objeto de su deseo.

Lo observa: maltrecho como un títere. Lo más atractivo del tipo son sus cejas anchas y en relieve. Como bufón invitado a un banquete, el tipo duda sobre qué hacer.

La mira. Conectan en bisectriz.

Carla lo señala y se inclina hacia delante.

—¿Sabés qué se pregunta Platón acá? —Blande el libro.

El tipo dice que no con la cabeza.

—Escuchá. ¿El amor ideal lastima? ¿Es el amor una especie que mendiga?

¿Combina valentía y abundancia o más bien pobreza, pena y necesidad? Si el amor está al servicio de la belleza, ¿por qué es tan complejo y confuso? Transitar todas esas zonas grises es lo que nos mantiene alertas, vivos. Pero, cuidado, hombre de gafas: dice Platón que nunca dejes crecer esa hierba en el camino de la amistad. Los amigos se convierten con frecuencia en ladrones de nuestro tiempo.

Ante un murmullo apaciguado, Carla se levanta, vuelve a estirarse la falda, corre la silla hacia atrás.

Se acerca al tipo.

Mírame —le exige.

Vuelven a conectar.

—Estimado hombre de gafas: cada cuarenta segundos una persona se quita la vida. ¿Vos, qué estás esperando para largarte por el tobogán? No permitas que tus miedos te gobiernen. Dale, tirate tranquilo: abajo estoy yo, esperándote.

Aplausos. Muchos aplausos.

Ella agradece en general. Y, antes de perderse en la negrura, le guiña un ojo al tipo. Y él, emocionado, la aplaude de pie.

Se baja el telón, todo se apaga.

Ya de madrugada, el tipo le contará por teléfono a su mejor amigo que ha decidido continuar con la quimioterapia.

 

*Luis Duarte, escritor argentino, nació en Lanús en enero de 1969. Estudió periodismo y fue conductor del programa “Mano y contramano”, en FM La Tribu 88.7 mhz. Actualmente conduce su propio programa de radio “El Quijote en el parque”. En cuanto a su carrera literaria, sus libros son los siguientes: “La herradura de Freud”, 2013. “Fósforos gemelos”, 2014. Reedición de este título en España, año 2016. “Latigazos del azar”, 2016. “Los guantes de Zaratustra”, 2018. “Rombos”, 2022; y su último libro “Lagartijas”, 2024. Este cuento pertenece a “Los guantes de Zaratustra”.

¿Cómo conseguir los libros de Luis Duarte? Correo electrónico:

librosdepapel2019@gmail.com. A través de esta página web, se envía dentro de Argentina y también podés pedir el libro electrónico:

https://librosdepapel.com.ar/producto/rombos/ ¿Cómo contactar al autor? Spotify:

Luis Duarte. Youtube: Luis Duarte escritor. Facebook: Luis Duarte. Fan page de Facebook: Luis Duarte escritor. Correo: luisenriqueduarte@hotmail.com

 


CHILE

EUGENIO DÁVALOS POMAREDA

SEIS POEMAS DE ESTACIÓN CENTRAL


UN ÁRBOL DE CEREZO

 

En esta cosa diaria de la vida y de la muerte

Un árbol de cerezo en pleno invierno

Aguardamos quizás por esos frescos brotes

Y redimidos somos la floración rosada en la cresta de la

Cordillera de los Andes al atardecer

Sin un hijo muere o un padre se suicida

No habrá ese otro posible encuentro de hombres que se aman

sino la nutrida podredumbre de la tristeza: una casa que ya

nunca nadie construirá

Letreros de luces led por la noche: sonreímos

Todo se termina / no quisiéramos que fuese de esa manera

menos un ser querido / lo acompañamos al hospital / pasamos

días en la UTI / nadie nos dice nada /el árbol crece con una

fuerza interior silenciosa / conmovido muerdo mis uñas / fumo

aturdido: brotes de luz solo en las pipas de agua

Viejas puertas llenas de grafitis

 

Incertidumbre / pero insustancialidad / ya mañana

regresaremos como soldados derrotados / llenas las cabezas de

nostálgicas esperanzas / llenas también de batallas inútiles e

insulsas satisfacciones / a querer empezar de nuevo

hartarse de hábitos mecánicos sin sentido

A comer sentados ante una mesa llena de fantasmas

A vivir como si estuviésemos muertos

A morir sin un acordeón sonando o un ser querido que deje por

uno la ilusión prendida a una mesa de arrimo / brutal maraña

de existencia escrita en ninguna parte / un doblar la esquina 

para dar

Con una banda de jazz al té de las cinco de la tarde tocando

El sombrerero loco de Chick Corea

 

O bien ocultando la vida travestida en los malls

Amanecer contigo abrazados sin perder el tiempo

Amándonos: una broma antes del desayuno

 

Cubrir col cal los esqueletos / adornarlos en su abrazo

Al tiempo identificarlos con un número

 

Esta eres tú mi amada un fémur con el número 14

Y este hueso roído soy yo querida con el número primo 2

 

Las naranjas en el anaquel / almuerzo del guardia de turno 

En la bodega del museo

 

Eso / por lo menos: intrascendentalidad 



 

 

FESTÍN

 

Todos sacan una tajada de uno

Y los versos que se escribieron se van a la

Basura

¿Por dónde empezarán estos miserables

A desbaratarte?

Huesos tras huesos te lamerán como un amante en celo

No habrá palabra que les sirva

Te gozarán como un manjar

Harán recetas contigo:

Si con pimienta si con sal si con harina

O un poco de miel para endulzar la piel agria

Del agobio

Y cuando ya se hayan saciado -si ocurre tal cosa-

Te abandonarán pero llevarán consigo el sabor

De tus tripas y entre sus garras garfios trompas o

Dientes trozos de ti saboreándote aún

Mientras otros comensales se te apropian

Para dejar puro hueso y pellejo y uñas

Creciendo y pelo creciendo

Sin nada más que se parezca a ti

Excepto un intragable y vano anillo

Que memoria que algún día tal vez

Fuiste feliz o llevaste a tus hijos al campo

O miraste las estrellas

O te tuvieron entre los brazos

Alimentándote

Para este festín


ESTACIÓN CENTRAL

 

Estamos solos en medio de este montón de buses taxis trenes 

madrugadores

Tú me has abandonado aunque vives conmigo

Da lo mismo que estés o no estés en casa

Da lo mismo que sea un poeta borracho apocalíptico o

Consumista

Todo se ha perdido

No existe para mí el otro ni epifanías

Tú eras mi último cable a tierra

Muchas mujeres hermosas caminan a diario por la ciudad

Pero ninguna eres tú

El amor es una piedra negra cuyo corazón es hierro fundido

Dejemos las cosas así nomás

sin aspavientos

Sin hacer de nuestra vida otra mala película de Hollywood

No nos alcanza para dramas shakesperianos

Dejemos las cosas como están

Que fluyan

Yo en mi inmensa soledad

Tú al lado mío

Sola en un auto que se aleja


PERPETUA RECLUSIÓN 


Aquí mismo donde no hay cordillera
Ni silogismo ni nada

Dentro de un profundo pozo

Con océanos de sangre y tripa

Universos paralelos que se autodestruyen

Donde ni dios ni la musa pueden dictar su primer verso

Soñar no es el paraíso ni retomar la infancia
Sino algo peor que el báratro 

Algo impensablemente peor que una pesadilla

Un tiempo enfermo que se reitera constantemente
Sin descanso

Algo peor que el águila royendo el hígado 
O Sísifo arrastrando la roca

Algo que ni una sola palabra
Por más que se la busque puede describir
O está facultada para hacerlo sin enloquecer en sí misma

Aquí mismo entorno dentro y en ninguna parte
Con kilos de carne ardiendo
Escapar no es posible ni siquiera tener la mínima  
Esperanza por separarse de la negra sombra

SIN MÁSCARAS

Volver a la palabra de la liturgia
O al símbolo en el muro   

Volver a cantar de nuevo en los teatros
Y las tabernas y las cortes y las ferias 

Sacarse de encima la soledad con sus muñecos sicóticos 

Apartar la copa de vino del enfermo

Negarse al fin a la publicidad 

Tal vez ser más valiente que quien va a la vanguardia 

Olvidarse que se tuvo nombre
Ser más anónimo que las piedras

Roto el cordón umbilical
Saltar como si se estuviese solo en el Paraíso con Eva

Conversar con los fantasmas cosas de la Poesía 

Escribir tan libremente como uno quisiera
Y leer los versos a los muertos

Dejar por fin de desdoblarse y ser uno con la sombra

No comprar más críticos y diarios y revistas con la sonrisa y 

el bolsillo y la complicidad fatal

Ser al fin uno mismo con su sombra
Acarreando fantasmas y duendes y silogismos
Arriba de cualquier montaña
Para empujarlos al abismo
Como quien empuja un padre una madre un hijo

 

Ser uno mismo con la historia

Molotov en mano
Lanzarla fuertemente contra los demonios


ESTE ES EL FIN

 

This is the end
Beautiful friend
This is the end
My only friend, the end
-The Doors (The end)

 

Cuando la piel florezca en convulsos océanos 
Y el cuerpo solo pida una copa de vino 
Una silla pondré en medio del desierto
Y sin nada que decir garabatearé en la arena
Las letras del niño que fui

Y es posible que salgan trogloditas de las cuevas

Si es así no beberé esa agua ficticia

Calmaré mi sed con el canto de mi sombra

La negra muerte morderá sus muñones dinamitados:

Tantas guerras transcurridas para fijarse en un solo hijo de puta

Pero así es la muerte como el más infeliz empresario:
Nunca pierde una sola moneda hasta no dar la batalla final

Morderé entonces mis huesos 
Y sobre amplias bateas completadas en el mar
Hundiré mis pobres pensamientos
Y en aguas infectas y sucias beberé 
Un mundo que se termina 
Y otro que florece debajo de hielos y pedregales
Abriéndose impetuoso
Como lasciva rosa de fuego 

6 poemas del libro Estación Central, FaroAustral Ediciones, enero 2019, Santiago de Chile.

 

Eugenio Dávalos Pomareda, 1961. Becario de la Fundación Pablo Neruda en 1989. Publica su primer libro en 1990 La Copa de Neptuno. 1992, Naturaleza Muerta. 1994, Escritos sobre Arenal (Fondart). 2004, El Hombre Sin Misterio. 2007, In Memoriam: Santa María de Iquique.  2015, Mitos o los ojos de la piedra. 2019 publica su último libro Estación Central. Codirector de Nube Cónica, Revista de Poesía y Arte ( www,nubeconica.cl). Vive en Santiago de Chile.

 

MÉXICO

EULALIA RAMOS

OSCURA EXISTENCIA

 

Le costó lágrimas, dolores, ausencias. Deshonras y difamaciones al punto de llegar al tormento, tortura…

Se cercenó el alma en espera para conversar con la muerte o salir de paseo con ella en esa nostálgica noche en que su “neutro cuerpo” atravesado quedó por aquel cuchillo llamado “Existencia”.

 

Eulalia Ramos: Ha publicado en diversas Antologías y revistas literarias en Argentina, México, España, Chile y participado en variados eventos poéticos: World Poetry Movement. Festival Internacional FIP palabra en el mundo 2020 México. Certamen internacional Tierras Poéticas 2019 y 2020, Mendoza. 

 

ARGENTINA

FERNANDO  SORRENTINO

LETRISTAS DE TANGOS

 

No los míticos cuchilleros de Borges, pero sí algunos letristas han convocado, acaso sin saberlo, a los manes del ubi sunt en más de un tango con remembranzas. He aquí tres, prácticamente coetáneos, que presento en orden cronológico.

       La muy bella melodía que compusieron Pedro Maffia y Pedro Laurenz para la letra de “Amurado” (1926), de José De Grandis (1888-1932), ubicó a ese tango, desde siempre, en la categoría de mis predilectos, a pesar de ciertas incoherencias de sus versos.

Los hechos:

Campaneo a mi catrera y la encuentro desolada.
Sólo tengo de recuerdo el cuadrito que está ahí,
pilchas viejas, unas flores y mi alma atormentada…
Eso es todo lo que queda desde que se fue de aquí.
6

Lo cierto es que la dama “arregló su bagayito y amurado” lo dejó, abandonando para siempre el compartido “bulincito”: tal la pérdida que ha de ser llorada.

En las quejas hay, al menos, un razonamiento extraño, pues, psicosomático, parece adjudicar a la tristeza el origen de sus canas:

¡Si me viera! ¡Estoy tan viejo!
¡Tengo blanca la cabeza!
¿Será acaso la tristeza
de mi negra soledad?

Y, más adelante, la conciencia del lúgubre presente al recordar el pasado venturoso:

Si me faltan sus caricias, sus consuelos, sus ternuras,
¿qué me quedará a mis años, si mi vida está en su amor?
¡Cuántas noches voy vagando, angustiado, silencioso,
recordando mi pasado, con mi amiga la ilusión…!

 

       El frecuentemente hiperbólico y apocalíptico Enrique Santos Discépolo (1901-1951), en su tango (letra y música) “Esta noche me emborracho” (1928), empieza por describir, con pluma entre trágica y satírica, el actual estado de una mujer:

Sola, fané, descangayada,
[…]
flaca, dos cuartas de cogote,
y una percha en el escote,
bajo la nuez;
chueca, vestida de pebeta,
teñida y coqueteando
su desnudez…
¡Parecía un gallo desplumao,
mostrando al compadrear
el cuero picoteao!

Tras tan esperpéntico retrato, adviene una ristra de lamentos, de la que sólo reproducirá el primero, contundente síntesis de su estado de ánimo:

¡Y pensar que hace diez años
fue mi locura!

       El tango “Uno y uno” (1929) tiene música de Julio Pollero. La letra pertenece a Lorenzo Juan Traverso (1897-1952), quien optó por los reproches de un ubi sunt burlesco.

Se dirige a un sujeto innominado, que deducimos otrora “triunfador”, describiendo su calamitoso estado actual:

 

Se te dio vuelta la taba;
hoy andás hecho un andrajo.
Has descendido tan bajo
que ni bolilla te dan.

A continuación vienen veinticuatro versos netamente ubisuntianos, que sirven para describir algunos de los ostentosos rasgos que, en épocas anteriores, adornaban al personaje. Me limito a reproducir los primeros ocho:

¿Qué quedó de aquel jaileife
que, en el juego del amor,
decía siempre: “Mucha efe
me tengo pa’ tallador”?
¿Dónde están aquellos brillos
y de vento aquel pacoy,
que diqueabas, poligrillo,
con las minas del convoy?

Me ha resultado especialmente graciosa la evocación del individuo en el acto de ufanarse, ante las chicas del conventillo, mediante la exhibición de anillos y dinero. No es sólo por este hallazgo que “Uno y uno” integra la nómina de mis tangos favoritos.

“¿Dejando a la epopeya un episodio, / una fábula al tiempo, y que sin odio, / lucro o pasión de amor se acuchillaron?”, escribió Jorge Luis Borges en el poema “El tango”.

Las admirables  Coplas por la muerte de su padre (1476), de Jorge Manrique (1440-1479), constan de cuarenta estrofas. Los primeros seis versos de la decimosexta suelen citarse como paradigma del tópico literario denominado ubi sunt (“¿Dónde están?”), consistente en evocar con nostalgia hechos o personas del pasado que han dejado de existir:

¿Qué se hizo el rey don Juan?1
Los infantes de Aragón
¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán,
qué fue de tanta invención
que
trajeron?

El final de la estrofa siguiente recuerda el brillo y la gracia que se imponían en aquella corte:

¿Qué se hizo aquel trovar,
las músicas acordadas
que tañían?
¿Qué se hizo aquel danzar,
aquellas ropas
chapadas

que traían?

 

Hasta aquí Manrique en el siglo XV y en España.

Sin embargo, no resulta difícil advertir manifestaciones del ubi sunt en algunas composiciones de las letras argentinas. Doy por sentado que ha de haber muchísimas, pero las que ahora acuden a mi memoria son las siguientes.

 

 

José Hernández (1834-1886) En  El gaucho Martín Fierro (1872):

Yo he conocido esta tierra
en que el paisano vivía
y su ranchito tenía
y sus hijos y mujer…
Era una delicia el ver
cómo pasaba sus días (II:133-138).

 

A partir de esta sextina y hasta el verso 252 se extiende la melancólica descripción de la vida feliz que llevaban los gauchos en aquella época (que, según creo, es la del gobierno de Rosas):

Venía la carne con cuero,
la sabrosa carbonada,
mazamorra bien pisada,
los pasteles y el güen vino…
Pero ha querido el destino
que todo aquello acabara (II:247-252).

 

En la segunda estrofa del canto III ratifica lo expuesto largamente en el canto anterior:

Sosegao vivía en mi rancho
como el pájaro en su nido;
allí mis hijos queridos
iban creciendo a mi
lado… (III:295-298).

Y termina con la reflexión que define exactamente la esencia del ubi sunt:

Sólo queda al desgraciao
lamentar el bien perdido (III:299-300).

 

Olegario Víctor Andrade (1839-1882)

En el agradable romance “La vuelta al hogar” verifica que, por fortuna, nada ha cambiado en su antiguo hogar. Es un ubi sunt al revés: celebra que no se hayan producido cambios:

Todo está como era entonces:
la casa, la calle, el río,
los árboles con sus hojas
y las ramas con sus nidos.

Tras este promisorio comienzo se extiende una profusa y detallada descripción del lugar, hasta que el poeta lamenta, bastante lóbrego, la pérdida de su juventud:

Hoy vuelve el niño, hecho hombre,
no ya contento y tranquilo,
con arrugas en la frente
y el cabello emblanquecido.

Concluye exponiendo el contraste entre la noble perduración de su antiguo hogar,

¡Ah!, todo está como entonces,

y las modificaciones, de índole tremendista, experimentadas en su persona:

Sólo el niño se ha vuelto hombre,
¡y el hombre tanto ha sufrido,
que apenas trae en el alma
la soledad del vacío!

 

 

Rafael Obligado (1851-1920)

Mucho más diestro y rico en calidad poética que Andrade, no se privó Obligado de expresar algunos lamentos sobre lo borrado por el paso de los años.

Así, en “Las quintas de mi tiempo” (1885) empieza con una comparación doliente (“¡ay, dolor!”) sobre el presente y el pasado:

Éstos, Fabio, ¡ay, dolor!, que ves ahora,5
jardines sabiamente dibujados,
fueron un tiempo rústicos cercados
de enhiesta pita y suculenta mora.

Y aquellas que allí ves altas mansiones
de mil primores llenas, antes fueron
modestas granjas donde en paz latieron
más nobles y sencillos corazones.

Y, a mitad del camino del poema, incluye esta nostalgia:

¡Oh, paseos campestres! ¡Oh, manjares
jamás llorados cual se debe ahora!
¡Oh, sencillez antigua y bienhechora,
salud de un tiempo de los patrios lares!

Veamos ahora algunos casos en el siglo XX.

 

Jorge Luis Borges (1899-1986)

Su poema “El tango” (1958) empieza con la fórmula clásica del ubi sunt (“¿Dónde estarán?”):

¿Dónde estarán?, pregunta la elegía
de quienes ya no son, como si hubiera
una región en que el Ayer pudiera
ser el Hoy, el Aún y el Todavía.

¿Dónde estará (repito) el malevaje
que fundó en polvorientos callejones
de tierra o en perdidas poblaciones
la secta del cuchillo y del coraje?

¿Dónde estarán aquellos que pasaron,
dejando a la epopeya un episodio,
una fábula al tiempo, y que sin odio,
lucro o pasión de amor se acuchillaron?

Tales preguntas obtienen la exacta respuesta:

Aunque la daga hostil o esa otra daga,
el tiempo, los perdieron en el fango,
hoy, más allá del tiempo y de la aciaga
muerte, esos muertos viven en el tango.

 

Fernando Sorrentino Escritor argentino (Buenos Aires, 1942). Es profesor de lengua y literatura. Ha publicado, entre otros, los libros de cuentos Imperios y servidumbres (1972; 1992), El mejor de los mundos posibles (1976), El rigor de las desdichas (1994), La corrección de los corderos y otros cuentos improbables (2002 Paraguas, supersticiones y cocodrilos (Verídicas historias improbables) (2013), Problema resuelto / Problem gelöst (bilingüe español/alemán, 2014) y Los reyes de la fiesta y otros cuentos con cierto humor (2015); la novela Sanitarios centenarios (2000); la nouvelle Crónica costumbrista (1992; y los libros de entrevistas  Siete conversaciones con Jorge Luis Borges (1974; 1996; 2001; 2007) y  Siete conversaciones con Adolfo Bioy Casares (1992; 2001; 2007). Ha publicado varias antologías de relatos de autores argentinos e hispanoamericanos. Libros suyos han sido traducidos al inglés, al portugués, al italiano, al alemán, al polaco, al chino, al vietnamita y al tamil.

 

 

 

PERÚ

MIRZA MENDOZA

BIBLIOMANÍA

 

La primera compra fue satisfactoria; los libros alegraban su salita. Luego de años de sacrificios, pudo adquirirlos. El siguiente mes, dejó de comprar pan. El ahorro no fue mucho, así que optó por dejar de comer carne, embutidos y frutas, todo con el fin de comprar más libros. Vivía de milagro mientras la salita se llenaba cada vez más. No tenía dónde ponerlos; empezó a hacer torres que iban desde el suelo hasta el techo.

Los angostos pasadizos se abarrotaron. Tocaban su puerta para dejarle libros que no recordaba haber pedido. Más tarde, llegaron otros que eran regalos de viejos amigos. También recibió obras polvorientas como herencia de tíos lejanos que nunca conoció. Su primigenia dicha se convirtió en desencanto. Dormía sobre libros y comía sobre ellos. No le servía apilarlos; se habían convertido en montañas dentro de su breve hogar. Los puso afuera, al lado de su puerta. Cada vez que salía para corroborar que se los habían llevado, constataba con estupor que se habían duplicado en cantidad. Se pellizcó como último recurso para salir de esa pesadilla. Estaba más despierto que nunca. Las obras sobresalen de la casita por las ventanas. No entendía de dónde salían tantos y tantos libros. Una noche de insomnio, luego de horas tratando de sacar los libros que estaban encima de su cama, oyó murmullos. Afinó sus sentidos y pudo escuchar pequeños jadeos. Los libros habían encontrado la forma de reproducirse solos.

 

Mirza Mendoza (Lima, 1985). Cuentista. Autora de los libros «Tenebrismo» (Editorial Sexta Fórmula, 2021) y «Futurum, ocaso de la civilización» (2023). Participa en el libro XII Exhumaciones extraordinarias a Poe (2024). Coautora del ebook «Rezagados» junto a Yadir Gómez, publicado en marzo de 2024.

 

 

PERÚ

CARLOS ENRIQUE SALDÍVAR

LOS MITOS DE C. E. SALDÍVAR

 

Me apasiona leer cuentos de terror. Ayer devoré un libro de H. P. Lovecraft, ese escritor me fascina; penosamente tuve que asesinarlo hace tiempo, me lo llevé junto a otros escritores fantásticos que sabían demasiado: Moore, Derleth, Lumley, Bloch, Howard, Blackwood, Smith, Kuttner, etc. Todos han caído bajo mis garras. Lo que más me disgusta del asunto es que ninguno de estos ha contado mi verdadera historia, cosa que el primero sí había hecho. Merecían morir. Ahora es mi turno, escribiré una novela autobiográfica sobre mi vida, será un best-seller, claro que sí, aunque no sé si firmar con mi nombre, porque sospecho que «Cthulhu» no se ve comercial… No, no lo creo, incluso yo mismo olvido cómo se escribe o se pronuncia. Mejor usaré un seudónimo, me gusta el de C. E. Saldívar. ¡Sí, ese mismo! A los Profundos les encantará. Solo me resta escoger el título; en tanto lo pienso, destruyo a otros autores inoportunos (surgen cuales moscas) que intentan ahondar en los mitos de mi propiedad sin conseguir siquiera un resultado decoroso.

 

Carlos E. Saldívar (Lima, 1982). Codirige la revista El Muqui. Publicó los libros de cuentos Historias de ciencia ficción (2008, 2018), Horizontes de fantasía (2010), El otro engendro y algunos cuentos oscuros (2019), El viaje positrónico (en colaboración, 2022). Compiló varias antologías nacionales.