Retrato de Mujer andina: Óleo de Adriana Alarco
BABELICUS EN ESPAÑOL
Número 4 - 2017
Estimados amigos:
Les
presentamos el cuarto número de
BABELICUS EN ESPAÑOL
que forma parte del blog del amigo y escritor italiano Stefano
Valente a quien agradecemos su apoyo y disponibilidad para con esta
revista multicultural.
Se
han publicado ya los números en portugués y en francés con cuentos
originales en dichos idiomas, que pueden encontrar en la página web:
Y
también en la página de Facebook:
Babelicus
(grupo abierto)
Para
este número nos han llegado cuentos en español, de varios países
de América Latina y de España, llenos de magias, aventuras y
sonrisas… En este número pueden leer estupendos relatos de varios
escritores provenientes de México, Argentina, Chile y Perú,
Para
que este proyecto siga creciendo, ruego a los escritores de lengua
española interesados en publicar en Babelicus, que envíen sus
colaboraciones a la responsable de la edición en español de la
revista virtual bianual:
Adriana
Alarco de Zadra: alarcoadriana@gmail.com
Se
publicarán los cuentos que cumplan los requisitos de brevedad,
gramática, fantasía y respeto.
Los
autores no pierden sus derechos de autor.
JOSÉ MARÍA AGUIRRE (ARGENTINA)
EL
AUTORRETRATO
Soy
el retrato de mi hacedor. Mejor dicho, su autorretrato. Estoy aquí,
chato y sofocado. metido en un carpetón. Por el bamboleo y el ruido
de los zapatones, supongo me lleva a la exposición del concurso.
Caso
extremo este hacedor mío. Se concentró tanto en retratarse, que
hasta transfirió su consciencia a mí, su autorretrato. Lo escucho
caminar y sé que está medio ido, como un autómata. Sólo tiene la
vaga idea de su propósito final: llevarme hasta el lugar del
certamen de dibujo.
Percibo
sus pasos cada vez más leves. Espero alcance a llevarme. Espero no
se diluya en el aire de la calle; que no me deje tirado, metido en el
carpetón.
Ahora
siento un cambio en el andar, más y más débil por momentos. Parece
que subiera peldaños. Debe ser la escalinata del salón exposición.
Es
aburrido estar aquí, a oscuras, dependiendo de lo que haga el
babieca de mi creador. Sólo sintiendo sus pasos ahora casi
ingrávidos, como despertando ecos en un salón... ¡Claro que
sí! ¡Ya llegamos!
Alguien
habla haciendo resonar un amplio espacio. --Llegó tarde --dice--, ya
se venció el plazo.
--Ya
no puede presentar su obra --insiste otro.
--Váyase
y deje de molestar --agrega el de más allá. ¡El jurado! ¡El
maldito jurado! ¡Los despóticos integrantes del jurado!
"Éste quiero... éste no quiero", indicando desde su
pedestal. Retribuyendo favores... entregando trofeos por turno...
cumpliendo con la moda de fauvísmo, dadaísmo, informalismo,
neo-modernismo, surrealismo, post-modernismo, post-nuclearismo, ¡qué
sé yo!
Y
mi estúpido autor se queda parado, como un árbol seco, y no dice
nada. Debe parecer la tonta imagen de una diapositiva, proyectada
sobre un banco de humo de cigarrillos. Así, casi sus pendido en el
aire, como colgado de su propia imbecilidad.
Además,
suponiendo le aceptaran su trabajo fuera de término, le dirían que
no encaja en alguno de los "ismos" de moda. ¡Aunque el
mismísimo Miguel Angel Buonarroti presentara una obra de incógnito,
no figuraría ni en el montón!
El
carpetón se suelta y cae arrastrándome al suelo en un estruendo. Mi
hacedor quedó tan sin substancia que su mano se abrió, pareciendo
anticipar un final.
Las
tapas se separan y yo asomo amenazante. El autor de mis días me
mira, en un postrer impulso reflejo. Es lo que yo necesito. Me
galvanizo y me voy corporizando trabajosamente, como para salirme del
papel. La luz me da más energía. Me despego de la lámina,
estirándome. Hago una torsión y miro a los Señores del Jurado,
lanzándoles con mi mente el furibundo trallazo energético de mi
odio. Quedan los tres estampados en la pared, chatos, dibujados.
Quedaron
magníficos. Están bien así. Que aprendan lo que es sentirse un
dibujo, esperando que una graciosa mano los distinga de los demás.
Miro
al fantoche tontolón que me dio origen y lo veo alejarse flotando
hacia la salida, fantasmal e impreciso como una voluta de vapor. La
suave brisa y la luz del sol lo van disipando, hasta no dejar nada.
Delgado
y laminar, me yergo rebotando en el medio de la sala de cuadros.
Los
Señores del Jurado me miran, con estática e impotente expresión de
horror, retratados en el muro, pegados.
Con
cierta dificultad levanto el carpetón con la hoja en blanco. No me
queda más que encaminarme hacia la casa de mi dibujante evaporado.
Camino
por la acera, foliáceo, como la figura recortada de un afiche. La
gente mira aterrada mi cuerpo achatado, como salido de debajo de una
aplanadora. Espero no se levante viento, pues sería arrastrado como
un papel cualquiera.
El
sol me ayuda proporcionándome substancia, al revés que con mi
creador, pero aún sigo delgado como un cartón, igual a esas
imágenes en las carteleras de cine. Sólo me faltan los travesaños
de bastidores claveteados en la espalda.
Ahora
que lo pienso, ¿quién soy yo en realidad? Tengo toda la memoria del
artista que me plasmó. Él me la transfirió a mí. ¿Acaso soy él?
Yo tomé conciencia cuando él quedó como una cáscara vacía.
Entonces, ¿yo soy él, transvasado en un ente-dibujo ? Pero él era
un tonto, y yo tengo facultades, habilidad, impulso. Pude darles su
merecido a los jurados. No, no puedo ser él.
En
fin, ya llego a la casa. Los vecinos me observan perplejos. Mi llave
no sirve para abrir porque es chata como cualquier dibujo. Deberé
deslizarme por debajo de la puerta.
Éso
es... paso con toda facilidad...
Por
ahora tengo que dejar la carpeta del lado de afuera. En verdad, tengo
otra llave dentro de la residencia.
Ahora
podría dedicarme a hacer retratos por encargo, rostro, medio cuerpo,
cuerpo entero. La gente hasta pagará por verme, con mi físico chato
y escalofriante moviéndome de aquí para allá. Me doy cuenta, fui
rechazado en un concurso de dibujos, pero seré un éxito como
fenómeno de circo.
ESPEJITOS DE COLORES
Estaban
reunidos en torno al cráter. Los nuevos chapoteaban muy alegres en
la lava. Los medios y los extremos oscilaban fluctuantes por la costa
incandescente, cambiando conceptos.
Crepitor,
uno de los medios, se dirigió al extremo pulsor.
--Dentro
del próximo triple lapso se harán presente los Sólidos --manifestó
crepitando.
--En
ese curso tenemos reunión en el estrato magnético periférico
--respondió el extremo--, giraremos y absorberemos radiación
ultraviolácea. Formaremos moléculas y después micelas. Tal vez
deberíamos posponer el contacto con los Sólidos.
--El
contacto será breve y nada estrecho. Ellos llegaron desde su mundo,
Sol Tercero, y ahora quieren que les permitamos apropiarse de las
esferas fotónicas, para utilizarlas como combustible en sus cuerpos
artificiales, en sus... digamos... máquinas...
--Pero
las esferas fotónicas son el producto remanente de nuestras
conjugaciones amorosas --protestó el extremo Pulsor--, pedir eso es
algo obsceno.
--Los
Sólidos, expresan que a cambio nos darán cuerpos artificiales,
productores de radiación ultravioleta --continuó Crepitor.
Desde
la ionosfera descendían con lentitud algunos nuevos recién nacidos.
--Los
rayos ultravioletas nos llegan naturales desde el centro estelar
--protestó Pulsor con fuerza--, por lo tanto nos darán cuerpos
inútiles, basura.
--Los
Sólidos esperan acordemos el intercambio en su próxima presencia
--expresó Crepitor, pensativo.
--¿Cómo
se comunicaron contigo los Sólidos ?
--Tienen
un Sólido artificial. Con él decodifican nuestros pulsos y luego
los emiten como vibraciones atmosféricas --emanó Crepitor.
--Te
diré lo que puede ocurrir, Crepitor. Si acordamos, ellos vendrán y
cargarán con las esferas fotónicas. Se las llevarán todas. Luego
traerán sus cuerpos artificiales que producen alimentos. Tú y yo,
los medios y los extremos, no los usaremos. Pero se los darán a los
nuevos; para ellos será una novedad, como un juguete. Luego perderán
la facultad de alimentarse con la radiación estelar. Además, les
parecerá una costumbre vergonzosa, caduca, superada.
"Más
tarde los incitarán a producir más esferas fotónicas, mediante
falsas conjugaciones. Los inducirán a conjugarse de las maneras más
viles. Si los nuevos se rehúsan a hacerlo, les quitarán los cuerpos
artificiales, o harán que no funcionen, para que no puedan
alimentarse. Si los Sólidos no los proveen con los artificios, los
nuevos no tendrán alimentos. Pasarán al Plano Superior como nuevos,
sin llegar a ser extremos.
--¡
Pasar al Plano Superior como nuevos ! ¡ Es inconcebible !
--exclamó Crepitor.
--También
sucederá que con todas esas vilezas de falsas conjugaciones y
radiaciones artificiales, los nuevos se irán opacando, dejarán de
ser Plasmas, se volverán Sólidos. Habrán de tornarse pesados,
torpes y frágiles. Al llegar a extremos, como Sólidos se
descompondrán... y no sé cómo harán para pasar al Plano Superior.
Quizá dejen de existir... para siempre... Pero... ¡oh! ...aquí
llega Titila... los dejo solos --concluyó el extremo Pulsor, y se
alejó flotando sobre la ardiente lava.
--¡Crepitor!
--tañó Titila con alegría y rebotó contra él. Flotó sobre la
roca fundida, se elevó muy arriba y después se abalanzó, rebotando
de nuevo.
Para
Crepitor fue un alivio encontrarse con Titila, después de los
vaticinios apocalípticos manifestados por su amigo Pulsor.
--¡Vamos
a bañarnos, Crepitor! --tintineó muy alegre el pulso de Titila,
planeando errática y llevando a su compañero a zambullirse a la
lava resplandeciente.
Ambos
bucearon en el magma volcánico y más tarde chapotearon con
regocijo, semisumergidos en los metales derretidos.
Bañados
en las cálidas emanaciones sulfurosas, los dos se apretaron muy
fuerte hasta comenzar a conjugarse. Los Plasmas fueron englobándose
entre sí, hasta fusionarse en uno solo. Emitieron gran cantidad de
luminosas esferas fotónicas, que flotaron sobre el cráter y rodaron
entre las rocas candentes.
Acto
seguido, los dos seres proyectaron un fortísimo destello. La luz se
elevó en una línea incandescente, como un latigazo, hasta irrumpir
en la ionosfera. Era probable que allí diera lugar a la gestación
de un nuevo Plasma, que en poco tiempo descendería por las capas
atmosféricas para reunirse con sus congéneres.
Cuando
la multitud de Plasmas concretó reunión en el estrato
magnético periférico, con Pulsor, Titila y Crepitor mezclados en la
muchedumbre, se pulsaron todas las noticias y detalles sobre los
Sólidos. La determinación fue unánime. Todos rechazaron con horror
las propuestas de los extranjeros. Entonces giraron en la inmensidad
con alegría, tomaron alimento ultravioleta y formaron moléculas y
micelas.
Los
Sólidos en su totalidad treparon a su inmenso objeto artificial,
para elevarse y abandonar el mundo de los destellantes entes
plasmáticos.
Se
fueron decepcionados, chasqueados.
Pero
regresaron, claro. Volvieron con su enorme y opaco cuerpo artificial
que los transportaba atiborrado de extraños artilugios y armas
electrónicas; estaban determinados a forzar a los Plasmas para que
aceptaran sus planes.
Los
Sólidos se presentaron de nuevo, pero no encontraron a nadie. El
planeta yermo giraba en su órbita como una hueca vasija recalentada.
...Y
el pueblo de los Plasmas... por supuesto, aguardaron hasta que el
último de los nuevos descendiera flotando desde la ionosfera y, acto
cumplido, todos juntos se desplazaron con tranquilidad hacia el plano
lateral más inmediato; es decir, a uno de la infinidad de continuums
espacio-temporales existentes... Y allí, inalcanzables, vivieron
felices y contentos para siempre...
Bio:
Nombre: José María Aguirre - email:
pepeflechero@yahoo.com.ar
Nací
en 1943, Rauch, Argentina, residencia actual Bahía Blanca; siempre
soñé con guiones y dibujar historietas,y hasta dibujos animados en
los estudios Disney, pero los mandatos paternos me zamparon a
trabajar en oficinas de "comercio exterior", éso me llevó
al desempleo y llevar una vida de "hippie" después de los
50, dibujando retratos y caricaturas en Buenos Aires y a través de
diversas ciudades de Brasil durante más de 5 años. Escribir cuentos
surgió a fines de los `90 como vocación latente; sólo he podido
publicar hasta 5 cuentos en antologías de aficionados (traté de
sintetizar lo más que pude).
JULIO
GARCÍA VENTUREYRA (ARGENTINA)
EL CANDIDATO
En aquel
pequeño país americano, se aproximaba la fecha de elecciones.
El Señor
Presidente se paseaba con nerviosismo por su despacho. Era cerca del
mediodía y se hallaba reunido con su secretario.
- Te lo dije…
- empezó el mandatario, - No me cae nada bien el nuevo candidato que
tiene nuestro principal partido opositor. De antecedentes
intachables, honesto… con lo que puede lograr, entre otras cosas,
que el pueblo crea en él; rubio y casado con bonita señora rubia, y
con varón y nena, también rubios … reuniendo el perfil exacto de
lo que el pueblo considera ideal… Ah!! … y hasta juega bien al
golf.
- No creo que
sea para intranquilizarte… - exclamó seguro el secretario. – Ni
siquiera va a llegar a hacerte sombra en las elecciones.
- Te noto muy
confiado. Pero yo no lo estoy, en absoluto, creo que es un peligro
inminente que nos acecha. ¡Maldición! ¿Por qué habrá aparecido?
¡Si veníamos tan bien! ¡No teníamos oposición para lograr el
nuevo mandato!
- Dionisio
Barrera no va a llegar lejos. – volvió a decir el secretario
desde su sillón.
- Han hecho
una buena campaña proselitista que puede conducirlos al éxito.
Quedaríamos afuera justo en el mejor momento ya que tenemos
prácticamente adjudicadas dos importantísimas factorías
extranjeras que nos llevarían a enriquecernos a lo grande; por
supuesto, también iba a ser fuente de trabajo para muchos a quienes
les vendría como una bendición de Dios por el desempleo que hay. –
hizo una pausa y se detuvo pensativo. – Correr el riesgo de
perdernos esto…, sería más que una lástima. –
Luego de
llamar a la puerta, entró uno de los integrantes del personal de
servicio, anunciando:
- Señor
Presidente, el aperitivo está servido. –
- Tenemos que
pensar algo… sí, un buen plan. – le dijo a su secretario
mientras se dirigían a la sala contigua.
Mientras
desayunaban, Dionisio Barrera le decía a su esposa:
- Anoche tuve
un sueño grandioso. En este país ya no gobernaba el tirano que está
ahora. Dios me había concedido el mando para restaurar la justicia y
la igualdad en el país. Luchaba donodadamente en contra de la
pobreza y el desempleo, contra el autoritarismo y los bajos salarios…
y lo maravilloso era que las cosas se iban concretando… el pueblo
notaba las mejoras… el país empezaba a florecer.
- ¿No es
demasiado idealista? ¿No es un sueño muy difícil de hacer real? -
- Se puede
convertir en realidad si la vocación de servicio es auténtica. –
Ella tomó la
mano la mano de su marido. Sabía bien acerca del convencimiento que
tenía.
El discurso
había sido brillante y el pueblo colmaba la plaza y la principal
avenida de la ciudad capital. El candidato caminaba ahora entre la
gente que lo estrechaba ovacionándolo.
¡Era la
esperanza de tantos! ¡Tantas ilusiones había depositadas en él!
¡Un país nuevo, libre y progresista!
El hombre
joven se abrió paso con agilidad ente la muchedumbre.
Cuando estuvo
cerca del candidato, a pocos pasos, extrajo de su campera una pistola
automática descerrajándole tres disparos.
Hubo gritos,
alboroto, corridas; pero Dionisio Barrera yacía en la calle
sangrando profusamente al haber sido alcanzado por dos de los balazos
en el cuello y la cabeza.
Los guardias
aferraron al asesino, quitándole el arma, retorciéndole un brazo y
aplicándole un golpe.
Conducido de
urgencia al hospital, Dionisio Barrera había dejado de existir pocas
horas después.
El presidente,
desde su despacho, junto a su secretario, habían presenciado todo lo
ocurrido por la enorme pantalla de televisión que tenía, como si el
espectáculo hubiese sido una serie más de intriga y acción, pero
en directo, y, dos días después, nuevamente reunidos, le dijo a su
secretario:
- Bueno… no
podemos quejarnos, salió todo perfecto, un teatro bien armado; hasta
ese detalle que el criminal tuvo remordimientos y se confesó
arrepentido, pidiéndole disculpas a la mujer y a los hijos del
candidato, fue por demás creíble. A propósito…- dio unas
zancadas deteniéndose frente al ventanal junto al enorme cortinado,
y miró hacia el cielo. Se veía alejarse un avión. – Ahí se lo
llevan al asesino y bien lejos. No quiero verlo nunca más en mi
vida. Que no se olviden de raparlo, afeitarle el bigote y entregarle
los nuevos documentos y de largarlo bien lejos, porque aquí está
cumpliendo “perpetua”. En fin, soy de cumplir con mi palabra. Así
es el poder, tiene sus cosas desagradables que uno igual tiene que
hacer. – permaneció en silencio unos instantes y luego, mirando a
su secretario, agregó - Sabés… anoche tuve un sueño grandioso…
y era que este país comenzaba a reflorecer en todo, pero para
lograrlo, necesitaba tener el camino despejado, para el bienestar
total.
Bio:
Julio García Ventureyra, nació en Argentina, donde reside en la actualidad en la ciudad de Bahía Blanca. Es autor de cuentos (publicados en revistas y suplementos literarios), novelas y guiones cinematográficos, primero para cortometrajes: "El nutriero", basado en un cuento y que obtuvo una mención en un Festival Internacional de Cortos en Torrelavega (Santander), España, y posteriormente para largometrajes, donde, como en los anteriores, participó como guionista y como director de cine: "Desafío al coraje", largometraje en color de temática policiaca, que se filmó hace años en las cercanías de Bahía Blanca, y que se exhibió en cine y TV, ya que el Canal Volver de Buenos Aires tiene los derechos de explotación del filme, que se emite cada tres o cuatro meses, así como en el video-club del Consulado Argentino en Barcelona.
EUGENIA
PRADO BASSI (CHILE)
ASEDIOS
(fragmento)
Uno.
Una mujer babea su historia, su falta de fe.
Y
yo, insoportablemente en crisis, me instalo sobre la cama.
La
cabeza sobre la almohada. Mi pelo se llena de babosas.
Entonces,
tú y yo, nos desplazamos hacia el lugar donde todo nos sucede.
Aterrados
cuando el señor del maletín, la mujer de los labios pintados y el
joven poeta, nos espían. Masculina la lengua, la vista, el párpado.
Extraña forma de mirarnos. Y el hombre, en medio del alcohol, en
medio de la noche y de las grabaciones extranjeras se acerca lento,
algo busca, algo, quiere saber.
—Pero
mírela bien, si es tan linda
–le dice.
Ella,
se hace la loca.
Dos.
Y nos pasan tantas cosas, en medio de ti, en medio de la noche, en
medio del taxi, en medio de los hombres y del sexo, en medio de los
años.
Insoportablemente
en crisis, si no fuera por ti, jamás los subterráneos.
Aturdida
mi cabeza, se enreda de babosas asesinas.
Tres.
Una mujer ríe a carcajadas. La veo ofrecer sus golpes, sus espasmos,
con palabras torpes, crispadas.
Insoportablemente
en crisis, apocalípticas las voces de jóvenes poetas, y que, de
tiempo en tiempo, se modifiquen nuestros mezquinos hábitos.
Entre
tanto, enroscadas, rojas y brillantes, las babosas juegan con mi
pelo, con tu pelo, con las extensiones de tu pelo. Se mueven como
enredaderas. Onduladas trepan. Algunas caen o se deslizan entre
palabras blancas, otras, significan. Tomo algunas y me las llevo a la
boca. Muerdo las vocales. Todos buscamos algo.
Cuatro.
Viaje en Transantiago. Un tipo nos agrede.
Que
ni se atreva a tocar tu pelo, pienso. Él, al verme, baja la mirada.
De miedo y de clase el hombre se entera y se aterra. De la fuerza que
tiene la clase se aterra, en este país y en los espacios dónde nos
movemos.
Insoportablemente
en crisis, un puñado de babosas resbala por mi cuello, mientras una
casta completa de poetas apocalípticos siembra noches de amanecidas
imposibles. El terror del día, del otro día, y que no se acabe la
noche, tu noche, y volver a separarnos. Entonces, nos preguntábamos
por qué tanto interés en el fin del mundo y no hablar del principio
de todas las cosas; de la fuente dónde se confunde la voz, o de
cuándo la lengua alcanza en el lóbulo su máxima fe.
Cinco.
Una mujer juega y se ríe en la pantalla de la Tv. Su belleza de
actriz favorita es tan espléndida que de rudeza espanta. Ella, la
blanca de todos los espectáculos, sonríe.
Y
otra vez la mirada puesta sobre ti. Sobre mí, cuando nos miramos.
Que no somos chicas fáciles, ni lo piensen, chicos menos, ni se les
ocurra. Entonces, pensábamos alianzas imposibles, ser cómo Pinky y
Cerebro y que juntos salvamos el mundo o, en una de esas, hasta nos
apoderamos de todo.
Insoportablemente
en crisis, todos buscamos atrapar entre las piernas.
Solo
así, hundiéndonos en las cavidades del otro, es posible predecir el
fin del mundo.
Después,
nos juntaremos, una vez más, a hablar sobre lo mismo, porque de qué
hablábamos tú y yo, si no es de eso, de tanto darle al cuerpo hasta
derribarlo.
Insoportablemente
en crisis, babeábamos historias ajenas y las propias y nos
preguntábamos por qué, nosotros no hablábamos así de las
catástrofes o de cuando no habrá mañana y es probablemente cierto,
todo lo que digas, pero, por favor, Apocalipsis Zombi ¡NO! Que
miedo.
Bio:
Eugenia Prado Bassi: Nace
en Santiago de Chile. Es escritora, diseñadora gráfica y editora en
Ceibo Ediciones.
En 1987
publica “El cofre”, en Ediciones Caja Negra. En 1996 “Cierta
femenina oscuridad”; 1998 “Lóbulo” y el año 2007 "Objetos
del silencio, secretos de infancia" en Editorial Cuarto Propio,
el último, editado en 2011 por Emooby, en Portugal para formato
kindle.
El año 2000
re-edita "El Cofre" en Surada Editorial. El año 2004
estrena “Hembros: asedios a lo post humano” novela instalación
escénica plástica en el Galpón Víctor Jara; en 2006 la obra
de teatro “Desórdenes Mentales”. En 2011 publica "Dices
miedo", novela visual; en 2012 la tercera edición de "El
Cofre". Su última publicación es el cuento infantil ilustrado
“BluVivi y Gusaringo viajan en la marcianave” en co-creación con
su hijo, Vicente Pinto Prado, en Ceibo Ediciones.
MARI CARMEN OREA ROJAS (MÉXICO)
LOS MUERTOS
RECIENTES SON LOS PAYASOS
Listo en las
gradas para ver la función, esperó a que se apagaran las luces. El
espectáculo comenzó. Primero, los grandes acróbatas. El maestro de
ceremonias no paraba de sonreír y gritar a viva voz las hazañas,
habilidades y portentos de cada uno. Luego, el mago. Para el truco de
magia, una de las hermosas ayudantes se acercó al espectador y lo
invitó a pasar al escenario. Un poco atemorizado, aceptó.
Después del
truco de magia, que resultó brillante y fantástico, no pudo acertar
a volver a su lugar. Todo se volvió sombras, no veía bien hacia las
gradas, la luz del escenario le cegaba. En eso, la música dejó los
redobles de la magia y se volvió divertida. Una mano le alargó un
traje multicolor, con grandes zapatos y una nariz roja.
-No entiendo
bien todo esto- dijo
-Es muy fácil
–le contestó el maestro de ceremonias, discretamente y sin dejar
de sonreír. –Los muertos recientes son los payasos.
Entonces, ya
sin ninguna duda, se puso el traje de colores y comenzó a bailotear
y jugar, riendo. Mientras, en las gradas, el resto de la gente le
miraba. Y también reía.
Bio: Mari
Carmen Orea Rojas es originaria de Puebla, México. Licenciada en
Lingüística y Literatura Hispánica, Maestra en Estética y Arte,
ambas por parte de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Pasante de la maestría en Educación, por el ITESM, y de la maestría
en Desarrollo Humano, por la UPAEP. Actualmente, docente de
Bachillerato Internacional en plantel Angelópolis de la Universidad
Popular Autónoma del Estado de Puebla.
ADRIANA ALARCO
DE ZADRA (PERÚ)
IDEAS,
PALABRAS, SONIDOS
Jalo una idea
de la frente. Es larga y elástica; está llena de letras y colores.
La observo maravillada. Se va envolviendo alrededor de mi cuerpo y me
abraza. Rauda como el viento, empiezo a poner todos los signos en su
sitio para percibir su significado cuando, al fin, se rompe la idea y
se desvanece nuevamente, silenciosa, en medio de la nada, por el
mismo camino que llegó.
Hoy salen de
mi boca palabras fluidas como finas cuerdas de seda esperando
recibirte con halagos y promesas. Tratan de ser dulces y a veces son
amargas. Ocupada, tejo una cuerda diariamente y la convierto en
vocablos floridos de color y de seda pero tú no llegas nunca. Luego
desamarro, destejo, destiño y empiezo con el nuevo día, día a día,
noche tras noche. Esperándote, las telarañas que me rodean, poco a
poco se van anudando y convirtiendo en áspera soga de cáñamo,
hasta que, enronquecida, se me hace un nudo en la garganta, sabiendo
que no llegarás, y ya no salen más palabras de mi boca.
Pacientemente,
lo espero siempre mientras crecen de mis dedos, sin mayor esfuerzo,
ramas llenas de hojas y una que otra flor. Es largo el día y va
anocheciendo. Las acaricio, las siento, percibo su aroma. ¿No vas a
llegar nunca? El cabello se vuelve follaje y de pronto me encuentro
de pie, plantada como un árbol en la esquina de mi casa, sintiendo
entre mis brazos vegetales la brisa, áspera como tus dedos,
acariciarme con el viento de la noche.
Aferro los
sonidos musicales que llegan a mi oído como los símbolos del
pentagrama. Si no es do es sí, si no es re es sol que alumbra.
Puedo moverme… ¡Vamos corriendo todos a la sombra, a colgar en los
árboles la música que tañe con campanas domingueras y festivas, fa
fa fa! ¿Te das cuenta que hoy silba con el viento, la la la, mi mi
mi, y que yo estoy siempre aquí? Y al llegar finalmente de tu largo
viaje, tú encontrarás, esperándote, una orquesta movida por el
viento…
Bio:
Adriana Alarco de Zadra, nacida
en Lima, Perú, ha publicado libros de geografía, de teatro, de
ciencia ficción, poesías y cuentos. Es viuda pero sus hijas y
nietos le dan alegría y serenidad. Cuando se le terminan las
palabras, pinta. Los colores le llenan la vida. Página
Web: http://www.adrianaz.it
Blog:
http://adriana-alarco.blogspot.com/
¡Estupenda selección! El buen trabajo de costumbre,amiga Adriana.
ReplyDelete